Se usa para hablar de una noche puneña helada y despejada, con la luna brillando fuerte y el frío pegando duro en los huesos. Es esa noche en la que el cielo está precioso, pero tú estás tiritando aunque tengas chompa, poncho y hasta medias de alpaca. Y hay que admitir que suena bien poético.
"Hermano, anoche había una luna de Puno que ni con tres ponchos, dos chompitas y un mate de coca dejabas de tiritar en la plaza"