En Campeche se usa jiripa para hablar de alguien que anda hiperactivo, con una pila tremenda, como si se hubiera metido tres cafés cargados o media bolsa de dulces. Es esa energía desbordada que no se está quieta ni un segundo y que a veces cansa, pero también contagia y hasta hace gracia.
"La sobrina llegó con tanta jiripa que en diez minutos brincó en los sillones, persiguió al gato y casi tira la tele, yo ya andaba sudando del susto."