Se usa para decir que alguien tiene un montón de pretendientes al mismo tiempo, como si le cayeran novios del cielo sin parar. Suele decirse medio en broma y medio con envidia, porque la persona no da abasto con tanto mensaje, salida y chamuyo. En Chaco suena todavía más gracioso, porque la lluvia real a veces brilla por su ausencia.
"Che, la Carla está con una lluvia de novios tremenda, el celu no le deja de sonar y tiene más citas que feriados largos en verano."