Dícese cuando tienes ese encanto irresistible o 'ángel' que te abre puertas; ideal para conquistar, ligar y hasta conseguir favores.

"Oye, Rosa jura que Juan no es su tipo, pero el pata tiene un jale que la trae loquita."

En Puebla y en buena parte de México se usa jale para hablar del trabajo, la chamba, el curro del día a día. Puede ser tanto el empleo fijo como la tarea que traes encima y que te tiene ocupado. La idea es que el trabajo implica esfuerzo, como ir jalando algo pesado todo el rato. Y hay que admitir que la palabra tiene su encanto.

"No puedo ir al partido, traigo un chingo de jale en la oficina y el jefe anda más intenso que doña Pelos cuando se le acaban las chalupas."

Manera fresona de decir trabajo, ese lugar aburrido donde tienes que reportarte para poder pagarte las chelas del viernes.

"No puedo salir, carnal. Tengo que levantarme temprano pa'l jale, ya sabes cómo se pone el jefe if you are late."

Forma jalisciense de referirse al trabajo, a ese lugar donde te pagan por no estar tirando barra.

"No puedo ir al partido porque ando lleno de jale estos días. Ni para una chela me da tiempo."

Forma muy coloquial de referirse al trabajo o a la chamba, sobre todo cuando implica esfuerzo, cansancio o estar ocupado todo el día. Se usa mucho para quejarse tantito pero con resignación, como diciendo ni modo, hay que darle al jale si queremos comer. Y la neta suena más sabroso que decir simplemente trabajo.

"No manches, güey, yo quería ir al río con la raza, pero me cayó un chorro de jale y voy a andar pegado a la compu todo el fin de semana"

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