Se usa cuando alguien se va de rumba tan duro que pierde la noción del tiempo, del dinero y hasta de la dignidad. Es como decir que se entregó por completo a la bebida y al descontrol, sin frenos ni conciencia. Normalmente al día siguiente hay resaca, lagunas mentales y un poquito de arrepentimiento, aunque también risas.
"Pana, anoche nos fuimos al fondo en esa fiesta en San Juan, mezclamos ron, cerveza y hasta cocuy, y hoy amanecí con la billetera vacía, la cabeza reventada y cero recuerdo de cómo llegué a la casa"