Expresión andina para decir que alguien se ha fundido toda la plata, que ha despilfarrado sin pensar, como si fuera millonario por un día. Se usa cuando uno se queda misio por andar comprando huevadas, invitando a todo el mundo o tirando la casa por la ventana. Básicamente, quemar la billetera sin piedad, aunque luego vengan los lamentos.
"Oye, te gastaste la tusa en chelas y polladas el fin de semana y ahora andas llorando porque no tienes ni pa’l pasaje, causa."