Se usa en la Costa Caribe para hablar del pelado que siempre anda contento, echando chiste y con una energía que no se le acaba nunca. Es el que prende la fiesta, arma la recocha y levanta el ánimo hasta al más amargado. Básicamente, si llega un pelao alegre, ya sabes que la vaina se va a poner buena.
"Hermano, llegó ese pelao alegre al barrio y a los cinco minutos ya tenía a todo el mundo en la esquina, con picó prendido, bailando champeta y olvidando hasta las deudas del fiado."