Se usa para decir que alguien está empapado, chorreando agua por todas partes, como si fuera una charca con patas. Vale tanto si te ha pillado un tormentón traicionero en Madrid como si te has caído a la piscina haciendo el tonto. Es de esas frases que exageran un poco, pero oye, la imagen mental tiene su gracia.
"He salido del curro sin mirar el cielo y me ha caído un diluvio encima, voy en el metro como un lago andante y la gente apartándose para que no les salpique."