Se usa cuando uno queda todo confundido, con la mente hecha un nudo, como cuando llevas horas estudiando, viendo una novela llena de enredos o tratando de entender chismes de medio pueblo. Es esa sensación de saturación mental en la que ya nada entra y todo se mezcla. Y aceptémoslo, a veces uno mismo se embota la cabeza por puro drama.
"Parce, con ese profe hablando tres horas seguidas de lo mismo ya se me embotó la cabeza, no entiendo ni papa de qué va el bendito parcial."