En la capital, significa mandarse una siesta espectacular justo después de hartarse a tapas, donde al segundo bocata ya te vence el módico sueño ibérico.
"Descansito madrileño: me voy a echar al dorso después de zamparme este cocido, que no me tengo en pie."
Expresión veracruzana que significa tirarse a descansar o vaguear en la plena calma del Caribe.
"Después de tanto jaleo, lo único que quiero es llegar a casa y echarme al dorso hasta que amanezca."