Se usa para decirle a alguien que meta energía, sabor y actitud a lo que está haciendo, ya sea una fiesta, un baile o hasta un partido de dominó. Es como decir que no sea aguafiestas y le ponga flow, ritmo y ganas a la vaina. Y la verdad, cuando uno le echa zumo a algo, todo se pone más sabroso.
"Oye, mijo, deja esa cara de lunes y échale zumo al baile, que la orquesta está sonando brutal y la pista está pidiendo candela."
Se usa para darle caña a algo, ponerle energía o prisa, como meterle turbo a lo que estás haciendo.
"Vamos, chamo, hay que echarle zumo al trabajo si queremos salir temprano y agarrar la rumba."