Se usa para decir que te bebes algo de un trago, a toda leche, como si fuera disparado. Normalmente se aplica a copas, chupitos o cañas que caen en cero coma, sin contemplaciones. La imagen es que el líquido entra tan rápido como un proyectil. No es muy fino, pero tiene su gracia y suena bastante bruto.
"Estábamos en las fiestas de Santander y antes de que empezara el concierto me di un proyectilazo a un mini de cerveza y casi salgo disparado yo también, tú."