Cuando el jefe te tiene más liado que un gato en una ferretería, estás currando; básicamente dar el callo y sudar la camiseta.
"Este finde no puedo ir a tomar algo porque tengo que currar como un burro en la vendimia."
Verbo muy castizo para decir trabajar, sobre todo cuando toca darle caña muchas horas seguidas. No es solo trabajar duro, también lleva ese punto de que lo haces porque toca, no porque sea tu sueño de la vida. En Madrid se usa a todas horas y, la verdad, suena más simpático que decir trabajar.
"Tía, mañana me toca currar desde las ocho, como para salir hoy de fiesta por Malasaña y acabar cerrando el garito otra vez."