Palabra que se usa pa' referirse a un niño, pero también a adolescentes que todavía están verdes en ciertas cosas.
"Oe, chibolo, deja de corretear y ven a almorzar antes que te pille la tarde."
En Perú se usa para referirse a un niño o adolescente, a veces con cariño y a veces para decir que alguien es inmaduro o novato. Puede ser tu hermanito, el vecino que hace bulla o el nuevo del trabajo que aún no cacha nada. Es coloquial total y según el tono suena tierno o medio vacilón.
"Oye, ese chibolo del tercer piso se queda hasta las tantas jugando Dota y luego anda cabeceando en clase como si nada"
En Perú se usa para referirse a un niño o a alguien joven, a veces con tono medio vacilón pero también cariñoso. También se le dice chibolo a un adulto que sigue con actitud inmadura o muy juguetona, como si no creciera nunca. Es de esas palabras que según el tono puede ser ternura, burla suave o simple descripción.
"Mira a ese chibolo, tiene casi treinta y todavía arma castillos con cajas de delivery en la sala de su casa como si fuera su fortaleza medieval."
Se usa para hablar de un niño o un joven, a veces con tono medio burlón pero cariñoso. Puede ser el chaval del barrio que hace bulla, el sobrino hiperactivo o el amigo que todavía se comporta como adolescente. Es muy común en Perú y suena tan cotidiano que casi huele a recreo de colegio.
"Ese chibolo no para nunca, se sube al árbol, persigue al perro, arma bulla con los patas y todavía dice que no está cansado."
Palabrota que se usa para describir a alguien despistado o perdido, como si anduviera en la luna.
"Ese Juan siempre está en las nubes, no te sorprendas si te responde cualquier chibolada."
En Perú se usa para hablar de alguien joven, normalmente un niño o adolescente, con toda la frescura y torpeza de la edad. Puede sonar cariñoso o medio burlón según el tono, como cuando los mayores se ríen del chibolo que recién está aprendiendo cómo va la vida. Es de esas palabras que te marcan la infancia, para bien o para mal.
"Oye causa, ese chibolo recién ha dejado el pañal y ya lo quieres meter a la pichanga, relájate que todavía se tropieza con sus propios zapatos."