Expresión muy de Aragua y zonas cercanas que se usa cuando alguien tiene un hambre brutal y ve una empanada tan provocativa que dice que se casaría con ella. Es una forma exagerada y cómica de decir que la empanada está demasiado buena y que el hambre está pegando durísimo. Y la verdad, a veces provoca de pana.

"Chamo, esas empanadas de la esquina huelen tan brutal que estoy a punto de casarme una, tengo el estómago pegado a la espalda."

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