Se usa para decir que alguien montó el desorden, ya sea en buen plan o en puro caos. Puede ser desde prender la rumba en la cuadra hasta provocar un chisme que deja a todo el barrio hablando. Es muy de acá, bien costeña y bien colombiana, y hay que admitir que suena sabroso cuando uno la suelta.
"Parce, no íbamos a hacer nada y al final armamos la vaina en la cuadra, con picada, guaro, vallenato a todo taco y hasta el vecino amargado terminó bailando en chanclas."