Se usa al final de un mensaje para quedar amable pero medio careta, como que te hacés el interesado aunque en verdad te importa un bledo. Es ese cierre pasivo agresivo que tirás cuando querés reclamar algo sin armar bardo directo. Suena tierno, pero todos sabemos que viene con veneno suave incluido, y por eso tiene su gracia.
"Che, hace mil que no sé nada de vos, saludito, y si de paso te pinta devolveme la pala, el tupper, la bici y la dignidad que te llevaste aquel finde en el río."