Se usa para decir que una situación está llena de chismes, intrigas y enredos sabrosos, de esos que traen pleitos y miradas venenosas. Es como meterse en un chismorreo de barrio donde todo mundo habla de todo y nadie se queda callado. Suena tierno, pero la cosa suele acabar bien intensa, la neta.

"Güey, no te metas en el pleito de las tías porque esa reunión familiar está bien arenita movida, puro chisme venenoso y caras largas por todos lados."

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