Se usa cuando alguien ya trae la mecha bien corta y está a nada de explotar de coraje, como olla exprés a punto de chiflar. Es ese momento incómodo donde cualquier comentario medio menso puede soltar la bomba. Básicamente avisa que la persona ya está harta y que mejor no le muevas, porque sí truena.
"Wey, ya cállate con tus chistes del jefe, que anda cerca del estallido y en una de esas nos truena a todos de la oficina."