En Puno se usa achoriar para hablar de alguien que mira mucho, con curiosidad y con un punto de desconfianza, como si estuviera chequeando todo el movimiento. Es esa mirada de choro desconfiado, medio sapo, que no se pierde ni un detalle del barrio. A veces se usa en broma, pero también puede sonar a advertencia.
"Oye, ya deja de achoriar a los vecinos desde tu puerta, parece que fueras serenazgo chismoso esperando que alguien tropiece con un anticucho para ir a rajar."
Significa armar un lío o hacer bulla, especialmente en eventos como fiestas o reuniones; básicamente ser el alma del evento.
"Anoche en la fiesta, Juan se puso a achoriar hasta que todos terminamos bailando sobre las mesas."