En Cundinamarca se usa para hablar de alguien muy vivo, que siempre se las ingenia para salir ganando sin que casi nadie se dé cuenta. No es insulto, más bien un piropo a la malicia bien usada, como decir que la persona es estratégica y avispada. Y hay que admitir que a veces da hasta envidia ver cómo se salen con la suya.
"Uy, ese Manolo sí es un zorro, parce, llegó tarde a la reunión y aun así lo ascendieron mientras todos nosotros seguíamos haciendo fila con cara de bobos."
En Caracas, decirle zorro a alguien es llamarlo vivo, avispado y con mucha maña para resolver cualquier lío. No es solo que sea inteligente, es que se las sabe todas y siempre tiene un truco guardado. A veces suena a halago, otras a advertencia, pero casi siempre lleva ese toque de picardía criolla que da risa.
"No te confíes con ese chamo, que parece distraído pero es tremendo zorro para cuadrar negocios y salir de los peos sin que nadie se dé cuenta."
En La Rioja, un 'zorro' no solo es el astuto animal del bosque, sino también alguien que siempre se las ingenia para salir con ventaja, especialmente después de unas cuantas copas de vino en las fiestas del pueblo.
"Ese Fernando es más zorro que nadie, siempre consigue barra libre en las fiestas del pueblo."