Se usa cuando alguien está tan manija que parece que tiembla entero, como las cañas de azúcar cuando sopla el viento fuerte en el cañaveral. Puede ser por emoción, nervios o porque se viene algo que te vuela la peluca. Es bien del norte, bien azucarera, y la verdad es que suena hermoso.
"Cuando me dijeron que había asado libre y fernet toda la noche, empecé a vibrar como cañaveral y no sabía si abrazar al parrillero o largarme a llorar de la emoción."