En la Costa Caribe, y en Magdalena en particular, un vainazo es como un golpe de realidad que sale malísimo. Puede ser un intento fallido, una situación incómoda o un comentario que te deja frío. Es como decir que algo fue una vaina bien chimba, pero con ese sabor costeño que duele y hace reír a la vez.

"Hermano, me tiré el discurso todo romántico en la playa y tremendo vainazo, la pelada se paró, se sacudió la arena y se fue con el del parlante."

Un movimiento inesperado que deja incómodo al contrincante en una partida de tejo. También puede referirse a un giro sorprendente en una conversación.

"Estábamos ganando en la cachita de tejo cuando mi tía Rosa metió uno directo al bocín. ¡Eso fue un vainazo que nos dejó a todos con la boca abierta!"

Es una forma sutil, o a veces no tanto, de lanzar indirectas afiladas que podrían cortar hasta un diamante. Si alguien te da un 'vainazo', están diciendo algo sin decirlo directamente, pero todos lo entienden.

"Cuando dijo que algunos terminan igual que empiezan, comiéndose las uñas en clase, ¡ese fue el vainazo del año para Paco!"

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