Se usa para decir que alguien está exageradamente relajado, sin una gota de estrés y con una pereza sabrosa encima. Es como estar tirado, sin afán por nada, disfrutando el momento y dejando que el mundo ruede. Muy de parche colombiano, y hay que admitir que cuando uno está tumbaísimo la vida se ve más bonita.
"Parce, ese man está tumbaísimo en la hamaca, ni porque la casa se esté cayendo se va a parar a hacer algo."