Frase muy usada en el Caribe colombiano, sobre todo en tierra vallenata, para decirle a alguien que se relaje, que no se amargue la vida y se tome las cosas con calma. Se suelta cuando la otra persona está toda acelerada, armando drama por todo. Es como un recordatorio cariñoso de que no hay que vivir con tanta corredera.
"Ey, deja la lloradera por ese ex, tómalo al suave, que en la próxima parranda te salen tres pretendientes más guapos."