Se usa para decir basta, ya fue, hasta aquí nomás, pero con ese saborcito pasivo agresivo bien de abuelita andina que ya perdió la paciencia. Es como un llamado de atención cariñoso pero con amenaza incluida. Cuando alguien suelta un tantay, mejor bajas el volumen, paras la payasada y te haces el inocente.

"Oye, ya tantay con tu huayno a todo volumen, causa, que la vecina ya está afilando la chancla y tu vieja anda buscando el cable del cargador para tirártelo."

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