Se dice cuando alguien habla mucho tiempo sin decir nada en concreto, llenando el aire con palabras vacías, como una sopa desordenada.
"Che, el Juan se mandó una sopa de letras tremenda con esa charla sobre política; ni él sabía a dónde quería llegar."
En Caldas se usa para rajar de un discurso enredado, lleno de palabras que no dicen nada claro. Es cuando alguien habla y habla, mezcla temas, se va por las ramas y al final uno queda igual de perdido. Es como escuchar a un político medio dormido, mucha sopa y pocas letras útiles, pero con su gracia.
"Parce, el profe se pegó una sopa de letras en clase que ni entendí si el parcial era mañana, ayer o en otra dimensión."
En Bogotá se usa para hablar del enredo mental que da cuando alguien suelta mil siglas, abreviaturas o tecnicismos y uno no pilla nada. La cabeza queda hecha un revoltijo de ideas, como si todo estuviera mezclado y sin orden. Es como decir que quedaste perdido, confundido y con la mente hecha trizas, pero con saborcito criollo.
"Parce, el profe empezó a tirar siglas rarísimas y yo quedé en tremenda sopa de letras, solo asentaba con la cabeza pa' no quedar como un bobo."
Se usa para decir que algo es tan confuso que parece un plato de sopa de letras tirado al azar. Puede ser una conversación, un texto o hasta un grupo de WhatsApp donde todos hablan a la vez y nadie entiende nada. Es como mirar muchas palabras juntas sin orden y pensar que tu cerebro se fue a tomar mate.
"Nos juntamos a organizar la fiesta del club y fue alta sopa de letras, todos tirando ideas, nadie anotando nada y al final nadie sabía quién traía las empanadas."