En Costa Rica, una soda es un restaurante pequeño y familiar donde se come barato, rico y bien cargado. Ahí encuentras casados, gallo pinto, batidos y toda la vara típica. Es el lugar donde la doña ya sabe cómo te gusta el café y uno sale rodando pero feliz. Y la verdad, se extrañan cuando estás fuera.
"Mae, ando quebrado, pero en la soda de la esquina me sirven un casado gigante con fresco de tamarindo y quedo listo para seguir pulseándola toda la tarde."