Se usa para hablar de alguien muy delgado, tan flaco que parece un perchero con patas. Es de esas expresiones de barrio que suenan un poco cabronas pero se dicen con cariño entre colegas. Vamos, que al notas le pones una chaqueta encima y ni se queja porque casi ni ocupa espacio.
"Tía, el Dani está tan canijo que cuando vino a la pachanga le dije que se pusiera en la banda a ver si al menos hacía de perchas pa' las sudaderas."