Se usa cuando la gente empieza a ventilar secretos, defectos o chismes bien feos en público, sobre todo en medio de una discusión. Es como lavar la ropa sucia delante de todo el mundo, sin vergüenza ninguna. A veces es sabroso de ver, pero si te toca a ti que te saquen los trapitos, la risa se te va rápido.
"Loco, se armó un bembé en el coro cuando esos dos se encojonaron y empezaron a sacarse los trapitos, hasta dijeron que uno le debía cuarto al colmado desde Navidad"