Se usa para hablar de un sitio bien escondido, medio chueco y nada confiable, donde uno no quisiera terminar ni de broma. Suele ser un lugar feo, incómodo o peligroso, típico rincón donde dices aquí me roban fijo. Es de esas expresiones que ya avisan que la cosa no pinta nada bonita.
"Chamo, la rumba se puso tan loca que terminamos en un rincón pelúo por allá en Coro, sin señal, sin plata y con un perro mirándonos raro toda la madrugada."