Expresión muy campechana que se usa cuando algo está hecho un relajo, se ve complicado o simplemente te supera un poco. Es como decir que la situación está enredada, pesada o medio caótica, ya sea por desorden, por problemas o porque todo se juntó de golpe. Suena suave, pero deja claro que el asunto está bien enmarañado.
"Fui al centro a hacer un trámite y había fila, sistema caído y el de la ventanilla de malas: qué harina, mejor me voy por unos panuchos y regreso otro día."
En Paraguay se usa para decir que algo fue facilísimo, que no costó nada, como quien dice que estuvo más suave que harina cernida. Sirve para presumir un poco de que algo salió bien sin esfuerzo, tipo examen regalado o trámite que pensabas que sería un quilombo. Y hay que admitir que suena bastante simpática la expresión.
"Che, ese partido fue qué harina, entramos todos dormidos, metimos tres goles y después nos fuimos a comer lomito como si nada."