Se usa para describir cuando alguien camina o se mueve todo rígido y torpe por el frío, con los brazos pegados al cuerpo y pasitos cortos, igual que un pingüino en plena ventisca. Es esa mezcla de cagarse de frío y tratar de no morirse en el intento. Y hay que admitir que la imagen es bastante graciosa.
"Boludo, salí del laburo y me venía pingüineando por la San Martín, el viento me empujaba tanto que casi termino abrazado a un turista japonés."