Se usa para hablar del típico pata que promete el oro y el moro pero nunca cumple nada. Es ese causa que siempre está por conseguirte chamba, contactos o comida, pero al final se hace humo. Mucho floro, cero acción. Y hay que admitir que la expresión suena tan graciosa que hasta dan ganas de perdonarle la chamullada.
"Hermano, no seas perro chispeador como el Chato, que lleva medio año ofreciéndose a invitar pollo a la brasa y hasta ahora ni las papas."