Se usa para burlarse de alguien extremadamente cobarde, más asustadizo que una gallina en plena tormenta. Es esa persona que se echa para atrás en cualquier plan medio arriesgado, aunque no sea para tanto. Suena fuerte pero en confianza suele ir con tono de chalequeo, y hay que admitir que a veces describe a la gente con una precisión dolorosa.

"Íbamos a meternos en la casa embrujada del barrio y Luis salió corriendo apenas vio la puerta abierta, vale, tremendo pendejo de gallina ese carajito."

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