En Tolima se usa para hablar de chisme bien jugoso, de esos que se pasan de casa en casa más rápido que gripe en bus lleno. Es el rumor sabroso, con detalles, exageraciones y media novela incluida. No es cualquier cuento, es el pelambre que arma tertulia, café, risas y uno que otro problema, pero igual la gente no suelta.
"Vecina, deje así la novela turca y venga pa' la ventana que le tengo el pelambre fresquito de la señora de la tienda y el profesor del colegio, eso está mejor que cualquier capítulo de televisión."
En Nariño se usa para hablar del chisme sabroso, el comentario a escondidas y el murmullo que rueda por todo el barrio. Es ese correveidile donde todo el mundo opina, exagera y mete cucharada, pero nadie admite que fue el que empezó el cuento. Y hay que admitir que a veces el pelambre es mejor que la novela.
"Parce, ese pelambre está bravísimo, todo el barrio anda diciendo que la vecina dejó plantado al novio en plena iglesia y luego se fue de rumba a Pasto como si nada."
Chisme o comentario mala onda sobre alguien, normalmente a sus espaldas. Es el deporte nacional en muchas oficinas y pasillos, la verdad.
"Oye, la tía del 302 anda puro pelambre con que me echaron del trabajo, y ni sabe que me subieron el sueldo, la sapísima."