Se usa para hablar de una cantidad de dinero bastante tocha, normalmente inesperada, que aparece de golpe como si fuera el relleno oculto de una buena lasaña. Es una forma graciosa de decir que has pillado mucha pasta de repente, y la verdad es que da hambre solo de pensarlo.
"Tú, ayer miré la cuenta y entre la paga extra y lo del curro nuevo tengo una pasta lasaña que ni me lo creo, hoy invito a pintxos a todo el cuadrilla."