En la Costa Caribe se usa para decir conversar de forma relajada, sin afán, echando cuento de lo que sea mientras corre la brisa y el chisme. Es hablar por gusto, por pasar el rato, con esa sabrosura costeña que hace que hasta de la nada salga una historia buena.

"Oye ve, vamos pa' la esquina a parlar un ratico, que con un tintico y el chisme del barrio se nos olvida hasta el calorón que está haciendo."

'Parlar' es cuando uno empieza un debate encarnizado sobre cualquier tema obscuro e insignificante, como si la economía mundial dependiera de saber cuántos tweets estúpidos son necesarios para romper el algoritmo de las redes.

"En el barrio comprábamos la ida del linyera del Toto, hasta que empezó a parlar duro sobre cómo se doblan homogéneamente los billetes en el bolsillo y nos dejó pensando bien fuerte."

En Santander, parlar no es solo hablar, es ponerse a reclamar duro, a cuestionar todo y a armar medio zaperoco con la lengua. Es como cuando alguien se emberraca y empieza a alegar por cada detalle, casi que parece audiencia de descargos. Y hay que admitir que a veces el parlazo es más entretenido que la novela.

"Uy, cuando mi tía se pone a parlar arma la de Troya, casi tumba la casa alegando porque el caldo no tenía suficiente papa y terminó regañando hasta al perro por meterse a la cocina."

En Andalucía, 'parlar' es ser ese colega que no solo habla sin parar, sino que también tiene una filosofía para todo, convirtiendo cualquier charla en una conferencia de vida en vena.

"Juanito se puso a parlar sobre por qué las aceitunas son el nuevo oro negro; al final todos salimos con título honorífico en olivicultura."

En Colombia, sobretodo en algunas zonas, parlar es ponerse a hablar largo y tendido, casi siempre de chisme sabroso, cuentos de barrio o historias bien adornadas. No es solo hablar, es darle lengua con gusto, meterle detalle y exageración. A veces cansa, pero también es la base oficial del sagrado arte del chisme.

"Parce, llegaste tarde al trabajo porque te quedaste en la esquina a parlar con la vecina, ya todo el barrio sabe hasta qué color de calzoncillos usas."

En Barcelona, 'parlar' significa conversar con tanta energía que puedes reemplazar un café. Hay rincones de la ciudad donde las sesiones de hablar animadamente podrían recargar los móviles.

"Querida, no necesitas café si quedas con Carla; sus desayunos con suficientes 'parlars' te despiertan mejor que un triple capuchino."

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