Se usa para hablar de alguien bien chismoso, metiche a morir, que siempre está atento a lo que hablan los demás para luego ir con el cuento. Es esa persona que parece antena parabólica humana, nada se le escapa. No es un insulto brutal, pero sí un toque burlón, como para decir que afloje un poco el chisme.

"No hablés tan fuerte, que la vecina de al lado es bien oreja parada y mañana ya va a saber hasta qué color de calzoncillo usás."

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