Expresión muy castiza para dejar claro que algo no va a pasar ni de coña, o que te parece tan absurdo que lo rechazas sin pensarlo. Es como decir que antes se congela el infierno. Muy típica entre colegas madrileños cuando alguien propone un plan loco o te pide algo que no te apetece nada.
"¿Ir al gimnasio a las seis de la mañana, con este frío que pela y después de cerrar el bar anoche? Nunca en la vida, tronco, yo a esa hora estoy abrazado a la almohada."