Aquí no solo es un animalito terco, sino que también se usa para apodar a quien va lento o no capta la onda rápido.
"¡Apúrale, mula! Que el pozol se va a enfriar y todavía ni llegas."
Se refiere a una persona terca e insistente, como un burro que se niega a cambiar de camino. También es una forma de llamar a tu amigo cabeza dura.
"¡Eres más mula que Juancho queriendo convencerme de subir al cerro a las seis de la mañana!"
En Puebla decirle mula a alguien es llamarlo terco, necio, de esos que no cambian de opinión aunque les caiga un meteorito encima. Es como decir que está emperrado en su idea y no hay poder humano que lo haga recular. No es un cumplido, pero entre cuates se usa con cariño burlón y la neta sí hace gracia.
"Ya dile a tu hermano que no sea tan mula y se venga al mole de la tía, que hasta pidió tortillas extra nomás porque dijo que venía el tragón ese."
Dícese de la persona terca o necia que no entra en razón ni empujándola con un tractor.
"No seas mula, compadre, si te dije que el taco de camarón sabe mejor con salsa."
En Córdoba decir que alguien es una mula es tratarlo de terco mal, de esos que no aflojan ni a palos. Se usa para la persona cabezona que insiste con algo aunque ya todo salió como el orto, muchas veces después de un par de fernet encima. Es insultito cariñoso, pero deja claro que está emperrado.
"No le des bola al Juancho, está hecho una mula después del tercer fernet, quiere seguir jugando al truco y ya ni se acuerda qué cartas tiró."