En Santa Cruz se le dice móvilacha al auto viejo, destartalado y medio remendado que igual sigue rodando por pura maña y terquedad. Suele hacer más ruido que comparsa en carnaval, bota humo, tiene mil parches y aun así el dueño lo defiende como si fuera una nave de lujo. Y hay que admitir que esas chatarras tienen su encanto.
"Mi móvilacha ya no sube el segundo anillo sin toser humo, pero igual la llevo al cambódromo y llega, aunque sea a los empujones con los changos atrás riéndose."