Se usa en Salta para decir que alguien está totalmente desorientado, sin idea de lo que pasa a su alrededor, como si anduviera flotando en el espacio sin GPS ni nada. Sirve para el que no sabe dónde está parado, el que se cuelga mal o el que no entiende una consigna ni aunque se la dibujen.

"Le expliqué tres veces cómo llegar al boliche y el chango seguía más perdido que satélite salteño dando vueltas por la circunvalación."

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