Apodo juguetón para alguien con una cicatriz bien visible, como si trajera el mapa de la sierra tatuado en la cara o en el cuerpo. Es de esas carrillas norteñas que se sueltan entre compas sin mala leche, aunque sí con bastante picardía. Y la neta, cuando lo dices con tono de camarada, hasta suena cariñoso.
"Ahí viene el Juan Marcata, según él se agarró a madrazos con un puma en la sierra, pero todos sabemos que nomás se dio en la madre bajando en bici por la terracería."