Se usa cuando alguien empieza a exagerar bien sabroso, a adornar la historia con cosas que ni al caso o a soltar una mentirilla nomás para que el chisme suene más interesante. Es como decir que ya se está pasando de lanza con la creatividad. Y la neta, cuando se hace bien, hasta se disfruta escucharlo.
"No me vengas a jugar bola, Carlos, si todos vimos que el pez era una sardina flaca y tú ya lo traes convertido en tiburón asesino, compa."