En Bolivia se usa huasca para hablar de un golpe fuerte, una caída bruta o un porrazo que te deja viendo estrellitas. Es de esas palabras que suenan casi igual de duro que lo que te pasó. Se puede usar tanto para golpes físicos como para situaciones que te dejan medio noqueado, y la verdad es que tiene bastante gracia.

"Hermano, anoche salí del boliche medio chispado, pisé mal en la vereda y me di una huasca que hasta el canillita se cagó de risa"

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