Hablar mucho o ser muy hablador.

"Cuando está nervioso, empieza a hablar por los codos y no para."

Se usa para describir a alguien que no calla ni debajo del agua, que enlaza un tema con otro y no suelta el micro ni para respirar. En Murcia, quien habla por los codos parece tener la mutación del mosquito murciano y te puede montar una tertulia solo en la barra del bar, sin despeinarse.

"Madre mía, el Paco se puso a hablar por los codos en el bar, pidió una caña y cuando terminó de rajar el camarero ya estaba fregando las sillas encima de las mesas."

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