Expresión usada para describir a personas que siempre andan bien emperifolladas, como si todos los días tuvieran matrimonio o fiesta elegante. Se dice de los que no escatiman en sacar sus mejores pintas hasta para ir a la esquina. A veces suena a burla cariñosa, porque uno piensa que tanta elegancia para ir al mercado es puro show, pero igual entretiene.
"Mirá a Luis, viene con terno, zapatos lustrados y peinado con gel, parece gente del cotón y solo vino a comprar papas al mercado central."