Se usa para burlarse de alguien que se viste o se comporta demasiado elegante para la ocasión, tan exagerado que se ve falso y hasta ridículo. Es como cuando alguien se pone traje para ir por las tortillas y se siente de alta sociedad. La gracia está en que se nota el esfuerzo y, la neta, no le sale nada natural.
"No manches, el Chuy llegó al pueblo con saco blanco y zapatos brillosos nomás para la feria del elote, iba fino como viudo en martes y todos se le quedaban viendo con cara de qué le pasa a este vato."