Se usa para decir que algo o alguien es muy feo, pero muy feo, de esos que te dejan medio traumado. La comparación con un sopapo de suegra suma dramatismo y un toque de humor negro familiar. Es una forma exagerada y bien expresiva de remarcar que algo no entra ni a palos por los ojos, aunque a veces se diga con cariño.

"Boludo, ese auto está más feo que sopapo de suegra después del asado del domingo, yo ahí no me subo ni aunque me regalen nafta de por vida."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!